Educación Religiosa

Toda persona en su vida, busca la verdad que le dé sentido a su existencia para alcanzar la felicidad, de allí que la dimensión religiosa se presenta como una realidad integrada en el conjunto de expresiones de lo existente y del ser humano. En ese contexto, es fundamental que las personas descubran y asuman que existe una verdad trascendente, que nos da una identidad y una dignidad humana, llevándolas a tomar conciencia que son hijas de Dios creadas a su imagen y semejanza, reconociendo la acción de la Providencia en su vida, en su comunidad y en la historia. Así mismo, aprende a explicar de modo comprensible y razonable su fe en la persona y asumir un proyecto de vida trascendente como respuesta responsable al amor de Dios.

En esta área, el marco teórico y metodológico que orienta la enseñanza – aprendizaje corresponde al enfoque humanista cristiano, cristocéntrico y comunitario.

El Enfoque Humanista Cristiano permite a la estudiante comprender y dar razón de su fe e integrarla a la vida para aplicarla en situaciones cotidianas. Posibilita a la estudiante comprender que el modelo y horizonte de vida plena es Jesucristo, que propone una vivencia desde el Evangelio y sus valores de acuerdo al proyecto de Dios para toda la humanidad: la dignidad humana, la verdad, la libertad, la paz, la solidaridad, el bien común, la bondad, la justicia, la primacía de la persona por sobre todas las cosas. Este enfoque contempla la relevancia que tiene la religión en la vida de los estudiantes y toma en cuenta que una educación centrada en la experiencia y en la formación para la vida, buscando aportar instrumentos adecuados para cultivar, interpretar, valorar y actuar desde lo religioso y espiritual. En el contexto de su pertenencia a la sociedad, esta materia le aportará también una visión del humanismo cristiano y su vigencia en el mundo actual, frente a la ética, a la moral, el respeto y el diálogo con la vivencia de otras religiones y el aporte de la enseñanza social cristiana para comprender la visión de la humanidad y del mundo.

Asimismo, el enfoque cristocéntrico está orientado a promover en la estudiante su actuar en el mundo al estilo de Jesucristo. En este enfoque se nos presenta la fe como virtud teologal, por la que creemos en Dios y todo lo que Él nos ha revelado. Proponemos mirar la historia de la humanidad y su historia personal entendidas como historia de salvación. La historia es el lugar del diálogo entre Dios y el hombre y este puede reconocer entonces cuál ha sido y es la actuación de Dios en su propia existencia y en la historia universal. También le permite reconocer que Dios no es un extraño en el mundo ni en su vida, sino que más bien tiene un papel protagónico en ella, desde el momento en que es su Creador y sigue acompañando permanentemente a la humanidad.

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